miércoles, 30 de septiembre de 2015

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Algo que decir sobre las performancias.

Me meto poco con la crítica de arte. Y poco es que ni siquiera me gusta opinar, porque cuando uno escribe sobre arte, el comentario que escribe es demasiado formal para contener algo de belleza intrínseca y realmente se aleja de la obra, no en vano decía ya Rainer María Rilke que a nadie se le cierra mas el significado del Arte que a los críticos. Lo paradójico es que sin ese comentario formal, vano, pretencioso y ruín nos quedamos sin nada que decir ni nada que saber sobre Arte. Del crítico, perdida ya la función principal que en apariencia tenía, que era la de diferenciar lo bueno de lo malo y hacerlo visible a los ojos del "consumidor", pocas cosas buenas puede decir un artista; la mayoría de nosotros tenemos a dichos profesionales como unos de los tantos zánganos que a diferencia de los artistas pueden vivir del arte, y sin embargo sabemos que sin crítica, se nos acabaría el Modus vivendi. Por eso hoy hago acopio de todos mis recursos mentales y me enfilo en un comentario acerca de una de las formas de arte visual mas "nuevas", mas acomodadas para el mercadeo y mas socorrida por los artistas de nuestro siglo: el performance. En la carrera de Artes plásticas tenemos una materia, cuerpo y espacio, dedicada exclusivamente al performance. Y cuando nuestra maestra fue interrogada acerca de la diferencia entre el performance y el teatro ella respondió algo así como "para mi la diferencia es que mientras el teatro y la actuación se tratan de "hacer como si", de fingir un gesto, en el performance todo lo que sucede es real, es la vida. Yo ya había pasado unos cuantos años al lado de un dramaturgo conocido de la ciudad y con el estudié teatro, aprendí cosas y tuve la oportunidad, bien escasa en estos días, de pararme en un escenario y hacer parte de obras clásicas, de ahi que esa aseveración no hizo mas que encender mi furia. Quiero decir. Ella dice palabras mas palabras menos que mientras en el teatro y en el cine todo es falso porque hay utilería, en la performancia todo es verdad porque si alguien se corta se cortó, si se da en la cabeza contra el muro lo hace de verdad o en general, que la performancia es real porque en su ejecución se sufren daños físicos serios y reales. Ese fue un pésimo comienzo en mi interacción con el performance, que solo añadió mas veneno a las ideas que tenía sobre el arte moderno y contemporáneo. Esta profesora parte de la comparación entre el performance y el teatro -que, a mi modo de ver es, tanto por profundidad de contenido como por la forma misma, equivalente a comparar un archivo gif con un largometraje -y en su psiquis transtornada es la primera manifestación la que tiene mayor mérito. Me parece como si un desfalcador de dineros de interbolsa me asegura que su robo no es real o no implica delito porque no existió violencia, ni dejaron muertos a su paso, que me digan que el progreso en tal o cual región es real y palpable porque se contruyeron quinientas mil viviendas el último año, o que alguien haga una obra en la que se alinean seis mil làpices y con ellos se construye un arbol gigante para protestar contra tantos arboles talados en el mundo, cuando despues todos esos lápices deberán ser botados a la basura, y luego habrá que comprar otros tantos si la obra se hace en otra ciudad...en resolución, una ilusión de lo más absurda, lo que ahora llamamos un "pajazo mental" (acaso toda obra humana lo sea, pero eso en un sentido mas amplio) porque es muy obvio hasta para los que vivimos mas abstraidos de la realidad que ninguna forma de arte entraña la verdad completa y la performancia no es una excepción, si las obras de arte o los artistas fueran valiosos por la cantidad de accidentes laborales que sufren en sus profesiones todos nosotros tendríamos que sincerarnos con nosotros mismo y mejor irnos a trabajar a una mina de carbón. A veces me veo a mi mismo como un viejo gruñón de esos que andan sentados en una banca vomitando veneno contra todo y contra todos, muriéndose de la envidia y sin hacer nada. Por eso hago incipientes esfuerzos por ponerme en los zapatos de otros y entender que tiene de valioso una actividad a mi modo de ver ridícula, carente de rigor y muy facil de agotar como es el performance. Algún conocido me dijo que hacía performancias, pero que las dejó de hacer cuando sintió que le implicaban el esfuerzo de expresar algo muy íntimo; que le servían para botar emociones producidas por coyunturas muy precisas, pero que una vez pasado el furor de la coyuntura, la acción performática no merece representarse otra vez jamás, de la misma manera que vamos al baño cuando tenemos mucho que evacuar, pero si no hay nada que evacuar, no hay necesidad del baño. Si este fuera el caso supongo que un performista debe andar con una camara para todas partes no sea que un dia le llegue la inspiración o la necesidad y deba registrar su obra in situ, dado que no se sabe cuando volvera a valer la pena repetir esa experiencia. Alguien mas me dijo que un performances es una acción, con una intención y sin sentido. Está bien, en el escenario siempre hay una intención para cada movimiento, todo existe por una razón. Y que no haya sentido o línea argumentar en nada establece una diferencia con el teatro, que en su constante experimentación también ha abarcado el absurdo. Alguien mas me dijo en muchos casos es un gesto repetitivo, y en eso si encontré una forma de definir el performance frente a las otras artes. Pero si eso es el performance, en poco se diferencia, como he dicho, de un archivo gif. Pero de lo que quiero hablar acerca no ya de l ejercicio de la performancia sino mas bien de los performistaas que la practican, es esa manía de creer que descubrieron a América en un vaso de agua. Se le adjudica la invención del performance como forma de arte a la acciones de los británicos Gilbert y George quienes, en su afan de crear "cuadros en movimiento, usaban su cuerpo para acciones de duración limitada. Y antes de eso todo se le acomoda al siempre revolucionario accionar de marcel Duchamp, cuya mente dispersó el ideario que impregna todo el arte contemporaneo, el arte conceptual, el arte sonoro y en fin, todo aquello que se aleja de la pintura y la escultura como la conocemos. Cuando nos hacen leer del papel del curador, del papel de artista en el arte contemporaneo, veo muy a menudo la comparación del arte con la religión, de hecho la afirmación de que el arte moderno llena el vacío que dejó la religión; los museos son las nuevas iglesias, los curadores son los nuevos sacerdotes y los aristas son los nuevos profetas... sin embargo no he encontrado ninguna obra, ensayo, escrito, queja o reclamo que se haya dedicado en serio a comparar la labor del artista contemporáneo -muy concretamente del performista, pero también de quienes hacen Happenning -con la labor del profeta profeta,del profeta bíblito, legendario, ese con el que nos aburrían en la misa. Esa es una relación que aun un lego en arte contemporáneo como soy yo mismo ha podido detectar desde temprano. Esa situación me recordó cuando en un periódico algún antiguo operario de trenes se asombraba de como el presidente de la república se llenaba la boca hablando de la "locomotora" del progreso, la "locomotora" de la inversión, la "locomotora" del desarrollo, y en todas partes había locomotoras menos en los trenes y en los ferrocarriles. Con las palabras vacíamos los conceptos de su contenido, y con los hechos dejamos morir lo que tiene materia. Pero bien, ya dejando la diatriba a un lado y de nuevo puesto en la pregunta por la utilidad de la performancia, es cierto que tiene un pasado comun con las artes escenicas, la danza y el teatro, que sabemos, por la historia social del arte, se usaban para comer. EL hombre primitivo danzaba como un mamut y escenificaba toda la cacería no haciendo comosi fuera un mamut, sino que se convertía en un mamut para ser cazado; los hombres iban a pelear con la bestia y traian comida a su clan, pero la cacería ya había tenido lugar mucho antes, cuando los hombres danzaban. Pero una actividad análoga a la del actual performista viene a ocurrir mucho después, entre los hebreos, cuando habían aparecido conceptos como el derecho, la religión, el espìritu y la vida en sociedad, sin los cuales la actividad del performista poca o ninguna repercusión habría tenido. Mientras que los constructores, escultores, pintores y orfebres de la època estaban ocupandos creando monumentos para alabar la memoria del rey y de la deidad de turno, los performers se exiliaban a si mismo de la sociedad, los placeres y refinamientos para recibir el llamado de su dios y venir en calidad de mensajero divino a señalar a sus gobernantes como se debe trabajar. En todas las culturas de la antiguedad existieron estos personajes, pero parecen haber florecido particularmente entre los hebreos tal vez por el hecho de tener prohibida la representación de sus deidades; ellos fueron magros en la producción de monumentos, y volcaron su fe en documentos. El performer mas memorable que se haya conocido es sin duda alguna Moisés: tenía una preparación amplia tanto en el arte de conocer y estudiar su gobierno y sus gobernantes, como en huir de su zona de confort, buscar el sufrimiento casi por obligación y recurrir a la "teatralidad" (que no al teatro, porque es distinto) a las metáforas y acciones, en lugar de argumentos, para reducir al absurdo la posición del otro. Y Moisés es el Performer más grande que haya existido no solo por lo enorme de sus acciones -su "apertura del mar rojo" todavía se comenta tanto entre los círculos religiosos como entre los legos -sino porque fueron muy efectivas. Sin recurrir a la violencia, ni mutilar sus propias carnes se arregló para derrocar al poderoso aparato militar y conceptual egipcio, logró insuflar notas de identidad en un pueblo cuya cultura había sido "absorbida" por aquella de la metrópoli dominante e incluso logra que ese pueblo haga ajustes en su economía, aviniéndose a vivir en estrechez económica, todo por un "bien mayor" que no tenía como probar. Para concluir digo dos cosas: primera, los performistas que han valido la pena en estos nuestros detestables siglos no los ha dado el arte conceptual sino la política. El Mahatma Gandhi, que organizó una serie de actos performáticos como alternativa al uso de la violencia pero que sentaban muy en firme la postura de no reconocer la autoridad inglesa: sin necesidad de recovecos conceptuales artificiosos descubrió que la sal, que a falta de neveras en clima tropical es lo mejor para preservar la carne, estaba gravada con un impuesto, y organiza una marcha multitudinaria para recoger sal del mar. para derrocar la importación de paños ingleses que menoscababan la otrora importante tradición textilera india, fomentó que cada indio fabricase su ropa como pudiese, y otra serie de actos que unidos conformaron en efecto una vida que es la obra de arte por si. Mao Tse Tung, otro gran performer del siglo XX, con su "gran marcha" no solo simboliza sino que crea y moviliza una gran ola comunista. El performer surgido de las artes plàsticas ha logrado poco con su obra. De hecho el performance mas mediàtico que ha habido en los últimos años es el del artista Piotr Pavlensky, que clavó su escroto en las lozas de la plaza roja de Moscú...logró un titular en primera plana.

martes, 8 de septiembre de 2015

Preparación para el trabajo final: la gran pregunta sobre el hombre, el mundo y todo lo demás

Reciéntemente he dado en estudiar Artes plásticas y poco he aprendido acerca de lo que hacen tales profesionales -mas bien he venido a dar en la conclusión de que compré un título para el desempleo -pero hace diez años estudié negocios internacionales con la esperanza de convertirme en un asíduo y eficaz ladrón del sistema financiero, sin llegar siquiera a saborear sus mieles, entonces ¿que sentido tiene culpar a la universidad de la propia ineptitud para vivir? Como sea, se me ha exigido, tanto por ser uno de los requisitos para ser considerado un Maestro en Artes Plásticas, como porque es absolutamente necesario a la hora de "vender" mis ideas y producciones ante los grandes tiburones del mundo artístico, que aclare de una vez por todas cual es la pregunta que estoy tratando de responder con mis dibujos, cual de las inquietudes ontológicas que aquejan al ser humano estoy tratando de solucionar, que problemática estoy tratando de evidenciar o, en reumidas cuentas, cual es la reflexión que estoy poniendo sobre la mesa. Ante tales requerimientos mis sabios interlocutores no han obtenido de mi mas que balbuceos e incoherencias, además de la inconcebible excusa de que si exhibo contenido visual es porque tengo cosas visuales que decir y que si quisiera responder preguntas vitales, tal vez hubiera buscado una maestría en filosofía y letras, o en antropología en lugar de dedicarme a las artes plásticas, rematada al final con la promesa de ponerme a trabajar en la elaboración de dicha pregunta. Así las cosas y en cumplimiento de la promesa realizada, he retomado este blog que hace tanto había olvidado, ya no para colocar en el cansadas reproducciones llenas de rayitas sino para escribir, en modo de asociación libre de ideas, sin orden pero también sin censura, a ver si en una de esas contestamos la ontológica respuesta. Comenzemos diciendo que lo que veo como mas cercano a la reflexión que mis dibujos pueden proponer es aquesta estrofa con la que el arcipreste de Hita, Don Juan Ruiz inicia su libro del nuevo Amor, que dice que "Aristóteles dijo, y es cosa verdadera/ que el hombre por dos cosas trabaja, la primera/ por haber mantenencia, la segunda cosa era/ por haber juntamiento con fembra placentera.
 
planetacolombia.com estamos en
PlanetaColombia.com

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.